¿Quién hizo mi ropa?
La pregunta que Fashion Revolution nos impulsa a hacer, para crear conciencia de la historia detrás de la pieza que consumimos
LLevar una prenda más a tu guardarropa genera una gran satisfacción y aunque no lo creas, un impacto en tu vida, pero... ¿sabes qué huella dejó en las personas que la produjeron? Cuando se nos entrega como producto final nos es difícil percatarnos de su origen, es por eso que es fundamental averiguar sobre la procedencia de lo que adquirimos y procurar que ésta no haya afectado los derechos de nadie.
El compromiso de la moda sostenible, aunque muy importante, no es solo con el medio ambiente, sino también con generar un entorno ético para quienes conforman la industria textil. En este caso, el eslabón menos visible es el de los trabajadores que conforman la cadena de suministros. La esclavitud moderna, el abuso a los derechos humanos y la desigualdad de género son los obstáculos más frecuentes para lograr este objetivo.
Hace ya seis años que una tragedia en el edificio Rana Plaza de Bangladesh marcó un hito para la reflexión, con un saldo de más de mil muertes. Sus condiciones de trabajo eran funestas y su composición, en mayoría, femenina. Todos fabricando para el mercado occidental, ropa que llega finalmente a nuestras manos.
Poco después nació Fashion Revolution, un movimiento que busca que la industria de la moda sea limpia, consciente, ética, que apoye en la recuperación de tradiciones y ecosistemas, además de un reparto equitativo de beneficios. De esta manera, no solo se mejoran las condiciones de la cadena de suministros, sino que la calidad de las piezas también se supera para ser útil para el consumidor a largo plazo.
Un estándar, no una excepción
Este año, dicho movimiento hizo, una vez más, acto de presencia en nuestro país con la premisa ¿Quién hizo mi ropa? De esta manera, se aspira a que el sector textil logre una mayor transparencia y que los consumidores tomen conciencia a la hora de comprar. Es un problema del que no nos podemos desentender: al menos 36 millones de personas viven esclavizadas dentro de estas fábricas y actualmente, un 80% de la fuerza laboral es conformada por mujeres.
"Para este año la campaña será en favor de promover una industria de la moda donde la dignidad en el trabajo y la protección del medio ambiente sean el estándar y no una excepción"
Así como se hizo en la campaña, pregúntale a tus marcas favoritas #QUIÉNHIZOMIROPA en las redes, junto a una foto en donde uses sus prendas. También puedes formar parte de esta revolución, empezando por cambios en tu vida cotidiana. Date la oportunidad de elegir ropa que se haya hecho responsablemente, elige a nuevos diseñadores de moda sostenible y conoce más sobre su forma de trabajar. Por último, lanza tu mirada hacia los productores artesanales.
El compromiso de la moda sostenible, aunque muy importante, no es solo con el medio ambiente, sino también con generar un entorno ético para quienes conforman la industria textil. En este caso, el eslabón menos visible es el de los trabajadores que conforman la cadena de suministros. La esclavitud moderna, el abuso a los derechos humanos y la desigualdad de género son los obstáculos más frecuentes para lograr este objetivo.
El inicio de la revolución
Hace ya seis años que una tragedia en el edificio Rana Plaza de Bangladesh marcó un hito para la reflexión, con un saldo de más de mil muertes. Sus condiciones de trabajo eran funestas y su composición, en mayoría, femenina. Todos fabricando para el mercado occidental, ropa que llega finalmente a nuestras manos.
Poco después nació Fashion Revolution, un movimiento que busca que la industria de la moda sea limpia, consciente, ética, que apoye en la recuperación de tradiciones y ecosistemas, además de un reparto equitativo de beneficios. De esta manera, no solo se mejoran las condiciones de la cadena de suministros, sino que la calidad de las piezas también se supera para ser útil para el consumidor a largo plazo.
Un estándar, no una excepción
Este año, dicho movimiento hizo, una vez más, acto de presencia en nuestro país con la premisa ¿Quién hizo mi ropa? De esta manera, se aspira a que el sector textil logre una mayor transparencia y que los consumidores tomen conciencia a la hora de comprar. Es un problema del que no nos podemos desentender: al menos 36 millones de personas viven esclavizadas dentro de estas fábricas y actualmente, un 80% de la fuerza laboral es conformada por mujeres.
"Para este año la campaña será en favor de promover una industria de la moda donde la dignidad en el trabajo y la protección del medio ambiente sean el estándar y no una excepción"
-Karin Santa María
Representante de Fashion Revolution en Perú
Escrito por,
Luciana del Pozo
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